Las organizaciones precisan activos para elaborar productos o proporcionar servicios. Un activo puede ser un componente o dispositivo electrónico o mecánico, un producto de software, o un sistema o proceso de fabricación. El objetivo de realizar un mantenimiento correcto y gestionarlos adecuadamente no solo mejora su desempeño técnico, sino que asegura su disponibilidad cuando se los necesite, y de forma rentable.

¿Por qué es clave la confiabilidad?

El desempeño de un activo se apoya en tres pilares fundamentales:

  • 1. Confiabilidad inherente
    — ¿Cómo fue diseñado?
  • 2. Entorno operativo
    — ¿Cómo es operado?
  • 3. Plan de mantenimiento
    — ¿Cómo es mantenido?

Confiabilidad inherente: Los activos se diseñan con un cierto nivel de confiabilidad. Esta es el resultado de la confiabilidad de los componentes individuales y de la forma en que fueron instalados, configurados y puestos en operación. No se puede modificar ni mejorar la confiabilidad de un activo una vez que ha sido instalado, a menos que se lo reemplace o modifique con componentes mejores y más avanzados (Ingeniería de Confiabilidad).

Entorno operativo,  considera las condiciones bajo las cuales debe operar dicho activo, junto con las habilidades del operador. Las organizaciones deben asegurarse desarrollar procedimientos estandarizados y que los operadores estén debidamente formados y capacitados para operar minimizando los errores que puedan derivar en fallas. Los operadores deben ser la primera línea de defensa para monitorear el desempeño del activo, detectar condiciones anómalas y tomar acciones correctivas oportunas.

Plan de Mantenimiento, es el tercer factor que define cómo se mantendrá el activo. El objetivo de un buen plan de mantenimiento es sostener la confiabilidad del activo y mejorar su disponibilidad. Dicho plan debe incluir las acciones necesarias de mantenimiento y servicio destinadas a detectar fallas potenciales antes de que provoquen interrupciones no programadas y riesgos no previstos

Confiabilidad lograda: Usualmente se recurre al KPI Tiempo Medio Entre Fallas (MTBF) como indicador de la confiabilidad de un componente, activo o proceso. Esta métrica indica el promedio de tiempo que el activo opera sin experimentar fallos funcionales y es un reflejo del resultado de su comportamiento en el contexto operacional.

La confiabilidad lograda o resultado operativo será el resultado de la interacción entre el Plan de mantenimiento y el Entorno operativo y su valor máximo estará limitado por la Confiabilidad inherente.

Confiabilidad en la gestión de activos físicos

La norma ISO 55000 define la Gestión de Activos como la actividad coordinada de una organización para obtener valor a través de sus activos. Fija el foco de la gestión de activos en la obtención de valor y no en las actividades.

El negocio es el que justifica la existencia del activo. El activo existe a partir de esa necesidad de negocio. Su valor está vinculado a como sean gestionadas las fases de su ciclo de vida dentro del contexto operativo del negocio. La estrategia organizacional es la que gobierna todas las políticas de la organización. Esto aporta a la relación Mantenimiento-Confiabilidad-Operación, un nuevo elemento denominado: Contexto Organizacional.

El Contexto Organizacional es quien definirá la aceptación o no de los riesgos que generan las consecuencias de los fallos.

Captura de valor: Operar, Mantener, Mejorar

La fase de Captura de valor, en el ciclo de vida de un activo, es donde  deben centrarse los esfuerzos de gestión, ya que representa el momento en que el activo está en funcionamiento y genera retorno. Es allí donde deben enfocarse los esfuerzos de gestión, diseñando procesos y procedimientos que permitan obtener el máximo rendimiento del activo, buscando que la confiabilidad lograda se aproxime lo más posible a la confiabilidad inherente.

Los pilares fundamentales para lograrlo son:

  • Un Plan de Mantenimiento alineado a la creación de valor.
  • Procedimientos operativos eficientes, adaptados al entorno real de uso

El Plan de Mantenimiento como herramienta estratégica

El Plan de Mantenimiento de una organización es un documento de intención de confiabilidad, que reúne el conjunto de actividades preventivas, predictivas y correctivas que buscan:

    • Prevenir fallos y mitigar riesgos operativos
    • Prolongar la vida útil de los activos
    • Asegurar la continuidad de los procesos críticos
    • Optimizar el uso de recursos y el costo total de propiedad


    Cómo construir un Plan de Mantenimiento efectivo

    Para tener un Plan de Mantenimiento alineado a la creación de valor, la organización deberá asegurar recursos para aplicar procesos clave, como ser:

    • Inventario de Activos Físicos
    • Análisis de Criticidad de Activos
    • Análisis de Modos y Efectos de Fallo para Activos Críticos
    • Elaboración de un Plan de Mantenimiento por Equipo
    • Desarrollo de planes y procedimientos de trabajo
    • Análisis de herramientas
    • Análisis de repuestos
    • Entrenamiento, Capacitación y Gestión del Cambio Cultural

    Para tener un Plan de Mantenimiento alineado a la creación de valor, la organización deberá asegurar recursos para aplicar procesos clave, como ser: