La técnica representa una dimensión del saber disciplinar, un poderoso instrumento de resolución del conjunto de procedimientos de los que se sirve la profesión. Su aplicación refiere directamente a la intervención de protocolos preestablecidos en forma de reglas, leyes o sistemas de ecuaciones precisas en los procedimientos de producción del proyecto arquitectónico.

El desarrollo técnico representa un programa de acción de pasos sucesivos cumpliendo en cada uno de ellos un rol específico al momento de la concreción y producción de una obra determinada.

Asociando la técnica directamente a la idea de construir lo proyectado, su implicancia en la arquitectura supone investigar cómo cada elemento del proyecto ejecutivo pueda ser identificado, elaborado, aplicado y revisado de manera tal que pueda resolverse precisamente como su construcción lo requiere.

Frente a la interpretación de la arquitectura como una disciplina metodológica de trabajo, el recurso de aplicación técnica, supone extender la definición enunciada a cada fase de la práctica arquitectónica. De este modo, los saberes técnicos especializados poseen una finalidad determinada según se trate de diferentes campos de aplicación de la práctica profesional.

El desarrollo técnico dentro del campo de la arquitectura también resulta fundamental en todo el proceso profesional a fin de coordinar a todos los intervinientes en el proceso de ejecución de la obra, ya sea en la redacción del proyecto ejecutivo, elaboración de documentación técnica, determinación de costos por rubros, cálculos estructurales y cualquier otra tarea específica.

La aplicación particularmente técnica resulta aplicable a todos los documentos necesarios para llevar a cabo la ejecución de una obra: estructuras, instalaciones, estudios preliminares, topografía, sistemas constructivos, materiales de construcción, construcción y gestión del proceso de ejecución, representación gráfica del proyecto arquitectónico, costos y presupuestos, organización y planificación de obra, seguridad e higiene y control de calidad.

La utilización permanente de herramientas técnicas dentro del ejercicio profesional, permite diseñar, coordinar y gestionar grupos de trabajo multidisciplinarios, organizar los ciclos de producción de los proyectos, evaluar las normas y estándares de calidad constructiva y realizar análisis de la capacidad de un proyecto para ser sostenible en el tiempo.

A su vez la aplicación técnica, permite el desarrollo de procesos de gestión simultáneas que hacen viable una adecuada gestión de la información en los procesos de producción de una obra arquitectónica.

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